Cuando miras una copa de vino, pocas veces piensas en su origen burbujeante. Pero detrás de cada sorbo hay una revolución química llena de vida .
La imagen que ves aquí captura un momento clave en la fermentación alcohólica, un proceso donde las levaduras (esos microorganismos incansables) transforman los azúcares de la uva en alcohol y dióxido de carbono. ¿El resultado? El nacimiento del vino, con toda su personalidad y complejidad.
Dato curioso: Durante la fermentación, el mosto puede alcanzar temperaturas de hasta 30°C debido a la intensa actividad de las levaduras. Por eso, en nuestra bodega, se usan sistemas de refrigeración para controlar la temperatura y preservar los aromas.
Pero la fermentación no es solo una reacción química, ¡es un espectáculo visual! Las burbujas que ves en la foto no solo indican que el proceso está en marcha, sino que también afectan la textura y estructura del vino.
La próxima vez que disfrutes una copa, recuerda: antes de llegar a tu paladar, ese vino hirvió de vida .
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