Sumérgete en el corazón de nuestra bodega, donde la esencia de nuestros vinos cobra vida desde la propia tierra. Anidada en un valle rodeado de majestuosas montañas, nuestra finca se eleva a 560 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo a nuestros viñedos un entorno único para florecer y producir uvas de calidad excepcional.
Los suelos de la finca, una amalgama de calizos y arcillosos, proporcionan el equilibrio perfecto de nutrientes y drenaje, enriqueciendo nuestras cepas con la riqueza distintiva que se refleja en cada sorbo de nuestros vinos.
En nuestra región, el clima se caracteriza por su aridez, con influencias marítimas filtradas a través de corredores de aire mediterráneo. Estas condiciones climáticas únicas favorecen el desarrollo óptimo de nuestros cultivos, brindando a nuestras uvas la oportunidad de alcanzar su máximo potencial de sabor y aroma.