Uno de los momentos más cruciales en la producción del vino es el prensado de las uvas, un proceso fundamental que define tanto la calidad como el perfil de sabor de la bebida final. El prensado consiste en extraer el jugo de las uvas ya trituradas para iniciar la fermentación, y es mucho más que simplemente apretar las frutas.
Durante este proceso, que puede realizarse de diversas formas, el prensado neumático es el más común y moderno. En este caso, las uvas son colocadas en una prensa de gran tamaño, donde un aire a presión extrae el mosto. La imagen muestra un ejemplo del prensado en acción, donde se observa cómo el jugo fluye de la prensa, cargado de la esencia y características de la uva. La técnica utilizada, la presión ejercida y el momento exacto de la extracción son determinantes para obtener vinos con la acidez, el cuerpo y el deseado nivel de azúcar que los enólogos buscan.
El jugo extraído es cuidadosamente separado de los sólidos para evitar que las pieles o semillas, que pueden aportar sabores amargos, contaminen el vino. Además, el proceso de prensado influye directamente en la estructura y color del vino, especialmente en el caso de los vinos tintos, donde el tiempo de contacto con la piel es clave para conseguir la intensidad deseada.
A través de este proceso, en combinación con las técnicas de fermentación, los vinos comienzan a tomar forma. La próxima vez que disfrutes de una copa de vino, recuerda que todo comenzó en ese preciso momento en que el jugo fue extraído de las uvas.
