En Bodegas Alejandro, la vendimia no es solo el inicio de un nuevo vino, es el resultado de todo un año de trabajo en el viñedo. Cada racimo llega a su punto óptimo de maduración después de meses de sol, lluvia y cuidados, y elegir el momento exacto para vendimiar es clave para la calidad del vino.
No todas las uvas se recogen al mismo tiempo. Analizamos su grado de azúcar, acidez y polifenoles para asegurarnos de que cada variedad se cosecha en su mejor momento. La vendimia puede ser manual o mecanizada, pero siempre con el mismo objetivo: llevar a la bodega solo lo mejor de la viña.
Desde el instante en que se corta el primer racimo, el reloj comienza a correr. El tiempo entre la cosecha y el inicio de la elaboración es crucial para preservar la frescura y la expresión del fruto. Así comienza el viaje de cada vino, desde la cepa hasta la copa.
La vendimia es el punto culminante del año en la bodega. Un momento de esfuerzo, ilusión y tradición que, al final, se traduce en lo que más nos apasiona: un vino con identidad propia.
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